Monte de los Olivos
Si hay un testigo impasible de la historia de Jerusalén ese es sin duda el Monte de los Olivos, protagonista de varios pasajes de la Biblia, escenario de guerras con los árabes y el lugar sagrado de enterramiento para los judíos.
Un poco de historia
Hace varios milenios, un extenso monte plagado de olivos se levantaba majestuoso al este de Jerusalén. La primera mención por escrito del Monte de los Olivos aparece en la Biblia. Varios pasajes de las sagradas escrituras relatan la última oración de Cristo, la detención del Mesías o sus sermones a los discípulos. Todo ello con el histórico Monte de los Olivos como telón de fondo.
Dada la sacralidad del lugar, el Monte de los Olivos de Jerusalén está salpicado de iglesias que recuerdan todos estos pasajes. La Gruta de Getsemaní, donde Judas entregó a Jesús, el Sepulcro de María, donde fue enterrada la Virgen, la Iglesia María de la Magdalena, famosa por sus torres doradas y la Basílica de Getsemaní, la más venerada por representar el lugar donde Jesús rezó por última vez.
Visitar el cementerio judío
Sin duda la parte más llamativa del Monte de los Olivos es el histórico cementerio judío que cubre parte de su ladera. Con más de tres mil años y 150.000 tumbas, se trata del cementerio más antiguo del mundo.
El cementerio está abierto a los visitantes y es una de las visitas más interesantes de Jerusalén. Paseando por las tumbas veréis lápidas dañadas por la erosión, otras recientes y muchas con pequeñas piedras encima, una tradición judía de rendir homenaje a los difuntos.
Recibir sepultura en el cementerio del Monte de los Olivos de Jerusalén es considerado todo un privilegio para los judíos. Según la profecía, cuando llegue el Mesías resucitará a los muertos empezando por el Monte de los Olivos. Es por ello que algunas familias pagan hasta 150 US$ por una tumba en este cementerio. ¡Todos quieren ser los primeros!
Un excelente mirador
Otra de las ventajas de subir al Monte de los Olivos son las excelentes vistas que ofrece. Frente al hotel Seven Arches se encuentra el mirador que regala una panorámica única de la ciudad amurallada, la Ciudad de David y el Valle del Cedrón.
El Monte de los Olivos se encuentra justo frente a la Puerta Dorada, por lo que las vistas de la Explanada de las Mezquitas y de la Cúpula de la Roca son sencillamente impresionantes. Si no tenéis problemas de horario, os recomendamos subir al mirador del Monte de los Olivos al atardecer, para disfrutar de una puesta de sol única al compás de la llamada a la oración. ¡Un momento mágico!
No perdáis la oportunidad de descubrir la historia y los datos más curiosos sobre uno de los lugares más simbólicos de Jerusalén:
Transporte
Autobús: línea 255.
Lugares próximos
Basílica de Getsemaní (430 m) Cúpula de la Roca (802 m) Iglesia de Santa Ana (805 m) Museo Ciudad de David (868 m) Explanada de las Mezquitas (940 m)