Tel Aviv

La gran evidencia de que Israel es tierra de contrastes surge si comparamos Jerusalén con Tel Aviv, dos ciudades que enfrentan historia y modernidad, tradición y aperturismo, religión y fiesta.

Tel Aviv es la otra cara de la moneda de Israel. Considerada por casi todos los países del mundo como la capital del país, Tel Aviv es la ciudad más joven, moderna y vibrante de todo Israel.

Esta metrópoli nacida en 1909 devolvió la vida a la histórica ciudad portuaria de Jaffa, que atravesaba una época de decadencia tras varios siglos de comercio marítimo ininterrumpido. Hoy en día, Jaffa es la parte más bonita e interesante de Tel Aviv, y una de sus principales atracciones turísticas.

Qué ver en Tel Aviv

  • Jaffa: toda la historia y el encanto únicos de Tel Aviv se condensan en las estrechas calles empedradas de Jaffa. Este barrio levantado hace más de tres mil años ha pasado de ser un importante enclave comercial en el Mediterráneo a albergar galerías de arte y tiendas de artesanos locales.
  • Paseo Marítimo: muchos llaman a Tel Aviv la Miami de Oriente, y no es para menos. La imagen que más evidencia esta comparación es el Paseo marítimo Tayelet, que une a familias, grupos de amigos y jóvenes deportistas que disfrutan de las playas y del buen tiempo de Tel Aviv.
  • Ciudad Blanca: otro de los apodos de Tel Aviv es la “Ciudad Blanca”. La arquitectura Bauahus nacida en Alemania encontró su máximo exponente en esta ciudad de Oriente, llena de edificios y construcciones de austera decoración y arquitectura simple, como la Plaza Dzengoff o el Bulevar Rothschild.
  • Museo de Arte: el museo de arte moderno más importante de Oriente Medio se encuentra en Tel Aviv, con obras de artistas de la talla de Picasso, Magritte, Canaletto, Rembrandt y muchos más. ¡Un visita imprescindible para los amantes del arte!
  • Mercado de las Pulgas: en este caótico mercado al aire libre es posible encontrar de todo. Muebles antiguos, artículos para el hogar, alfombras, instrumentos musicales, libros y objetos de lo más peculiar se exhiben en el asfalto de forma desordenada, lo que añade todavá más encanto al Mercado de las Pulgas de Tel Aviv.
  • Torre del Reloj: uno de los pocos vestigios del paso de los otomanos por Tel Aviv es la Torre del Reloj, símbolo de la historia de la ciudad y monumento que da la bienvenida a los visitantes a Jaffa.

Cómo llegar a Tel Aviv desde Jerusalén

Uno de los trayectos más comunes por los turistas que visitan Tierra Santa es Jerusalén-Tel Aviv y viceversa. Existen tres opciones:

  • Autobús: la forma más común de viajar a Tel Aviv desde Jerusalén es en autobús. La línea 405 comunica la Estación Central de la Ciudad Santa con Tel Aviv por 16 séquel (4,30 US$). La frecuencia es de unos 15 minutos y los autobuses operan todos los días, excepto durante el shabat.
  • Taxi/sherut: aunque no es la opción más económica (hasta 300 séquel (80 US$) un taxi), sí es la más cómoda. El trayecto dura una hora, algo más rápido que el autobús. Los taxis y sheruts salen de la puerta de Jaffa y os dejaran directamente en el hotel o en el punto de Tel Aviv que escojáis. Es la mejor opción si vais con maletas o si viajáis el sábado, pues son el único medio de transporte que funciona en shabat.
  • Tren: Aunque es la alternativa más rápida (poco más de media hora), llegar a Tel Aviv en tren desde Jerusalén no es una opción muy aconsejable por la mala ubicación de la estación de tren de la Ciudad Santa.